
Tener una infancia difícil, crecer en un ambiente familiar disfuncional y enfrentar una experiencia tan traumática como el abuso sexual a temprana edad, podrían ser factores que determinen una vida con diversos problemas y carencias. Sin embargo, en el caso de María Trusa estos factores no determinaron su futuro; por el contrario, estas condiciones sirvieron para desarrollar en ella una resiliencia extraordinaria y convirtieron su historia de vida en un ejemplo de superación.
Cuando apenas tenía 9 años, María fue abusada sexualmente por un amigo de su padre, luego de que él le entregara a su hija en medio de la noche. Esa noche, este hombre la agredió de una forma tan violenta que causó graves daños en su cuerpo y profundas heridas emocionales.
Por muchos años, este evento marcó su vida. El dolor y el sufrimiento la acompañaron por décadas. No obstante, María decidió que esta experiencia no tenía porqué definir su vida ni impedirle alcanzar sus metas, por lo que decidió iniciar un proceso de sanación que la ha llevado a encontrar diversas herramientas que le han permitido dejar de ser víctima y convertirse en la mujer de éxito que es en la actualidad.