Emprendedora exitosa
En la actualidad, María Trusa se define como una “mujer que tiene una vida maravillosa” y aunque por mucho tiempo no fue así, hoy se siente muy feliz con su vida y su historia de fortaleza y resiliencia la ha llevado a ser la mujer de éxito que es hoy. A los 15 años, cuando llegó de República Dominicana, María soñaba con ser una doctora. Pese a no tener dominio del idioma, construyó una carrera de éxito en la medicina y hoy tiene un centro médico y de urgencias en White Plains, Nueva York, dedicado a la comunidad hispana, enfocado en los inmigrantes que no tienen la posibilidad de tener seguro médico. Se acercó a su sueño convirtiéndose en asistente médica de un reconocido centro médico, donde por 26 años participó y dirigió un proceso de crecimiento que llevó a la entidad a pasar de tener 7 a 50 doctores y de 35 a 250 empleados, en su mayoría hispanos. Estos logros sumados a la oportunidad de poder ayudar a la comunidad latina en Estados Unidos la llenan de orgullo. Hoy además de esta misión, María se siente llamada a compartir un mensaje y herramientas para crear conciencia en niñxs, adolescentes, padres y cuidadores en torno a la prevención del abuso sexual y para estar atento a los factores que nos pueden representar señales de alerta.Cuidado con las normas sociales
Como parte del mensaje que María quiere transmitir es que millones de niños y niñas son víctimas cada día del abuso sexual y además de tener que enfrentar la insensibilidad de las autoridades cuando deciden denunciar, existen una serie de normas sociales que dificultan que los sobrevivientes de abuso sexual se atrevan a contar lo que les pasó. Entre las normas sociales que alimentan esta pandemia silenciosa, están:- Forzar a los niños a abrazar o besar a un adulto cuando no desean hacerlo. Esto puede ocultar algún motivo y en caso de que no, es un obstáculo para que los niños aprendan que cuando dicen No, es No.
- Promover que las cosas de la familia se deben mantener en secreto y no se deben hablar afuera para protegerla, se convierte también en una razón para que los sobrevivientes de abuso sexual eviten contar lo que están sufriendo.
Atención a los cambios en comportamiento
Cuando los niñxs son abusados y pierden la inocencia, se llenan de una tristeza profunda y sienten culpa y vergüenza por lo que están viviendo, explica María. Por eso optan por callar; no obstante, algunos cambios en su comportamiento pueden ser señales de alerta de que algo está ocurriendo. Presta atención a señales como estas:- Pese a estar entrenados, se orinan en la cama.
- Comen poco o comen en exceso.
- Se muestran más tímidos de lo normal.
- Se generan lesiones a sí mismos (cortadas o quemaduras).