Cuando María Trusa tenía 9 años, su papá decidió entregar a su hermano menor a un hombre; ella se opuso a que se llevaran a su hermano, y en su lugar, fue entregada ella a dicho hombre.
Este hombre la obligó a beber una botella de whisky y abusó sexualmente de ella durante toda una noche. Al otro día, ella no podía caminar y tuvo que ser llevada al hospital.
Aunque logró sobrevivir, fueron muchas décadas las que necesitó para sanar las heridas que le produjo esta de abuso sexual.
Hoy, como empresaria exitosa y dueña de un negocio en Westchester, se ha convertido en defensora y autora, reescribiendo su historia de vida para ayudar a quienes sufrieron las mismas experiencias horribles.
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