María Trusa es en la actualidad una empresaria exitosa, madre ejemplar y activista que trabaja cada día para llevar servicios de salud de calidad a la comunidad hispana en Nueva York. Su carisma y positividad hace pensar que siempre ha estado en una posición privilegiada; sin embargo, superó una niñez difícil y una experiencia de abuso sexual infantil.
Cuando apenas tenía nueve años, ella residía en Licey Almedio, un pequeño poblado de República Dominicana, en condiciones precarias y al interior de una familia disfuncional. Su padre, quien estaba a cargo de su cuidado, la entregó una noche a un amigo suyo, quien abusó sexualmente de María causándole graves heridas físicas y mentales.
Como sucede en la mayoría de los casos de abuso sexual, María Trusa calló por años lo que le había pasado y cargó por mucho tiempo con una pesada carga emocional. Cuando por fin se decidió a compartir su historia, pudo liberarse de esa carga que por poco destruye su vida.
“Es necesario romper el silencio”: María Trusa
Una de las cosas más difíciles cuando una persona sufre una experiencia de abuso sexual es decidirse a romper el silencio. Muchas personas guardan este secreto por muchos años e incluso algunas nunca le cuentan a nadie lo que les pasó.
El caso de María Trusa no fue la excepción, por más de cuatro décadas ella permaneció en silencio. Pero hoy, ella es enfática en que es necesario y urgente romper el silencio y el ciclo del abuso. El silencio que generalmente se guarda en estos casos, lo único que hace es destruir a las nuevas generaciones.
El abuso sexual es un flagelo que afecta en gran medida a la sociedad y especialmente a las niñas, niños y jóvenes y en la comunidad hispana, donde tiene alta prevalencia, con frecuencia permanece oculto.
El miedo a causar conflictos que puedan destruir la familia, a enfrentar problemas por su calidad de migrantes ilegales, así como el temor a ser estigmatizados o recibir otras represalias son las principales causas por las que tanto las víctimas, como las personas de su entorno cercano, deciden callar.
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María Trusa: un ejemplo de resiliencia
Tras esa noche en que su cuerpo fue destruido por su agresor, María requirió varias cirugías, además de un proceso de sanación personal que le ha tomado muchos años. Pero ella, a diferencia de otros sobrevivientes de abuso que se quedan estancados en el dolor, desarrolló una resiliencia extraordinaria que la llevó a convertirse en una empresaria de éxito y una mujer imparable.
Su historia de vida llevó a Clarissa Molina, presentadora dominicana y ex reina de belleza, a elegir a María Trusa como su ahijada nominada a las 25 “Mujeres más poderosas” de 2023 de People en Español.
Como parte de su misión de vida, María fundó el Movimiento #YoDigoNoMas, a través del cual busca impulsar la educación como herramienta para la prevención del abuso sexual infantil y brindar apoyo a los sobrevivientes de abuso. Y recalca que aunque sean inmigrantes o no tengan papeles, los hispanos no deben sentir temor porque pueden hallar muchos recursos y apoyo.
A través de un libro autobiográfico titulado #YoDigoNoMas, María se atrevió a romper el silencio y compartió su historia de vida y las herramientas que le han permitido avanzar en su proceso de sanación.
Cuidado, el monstruo está en la casa
Existen falsas creencias en torno al abuso sexual como, por ejemplo, que es algo que no pasa con frecuencia, pero las estadísticas son claras: cada nueve minutos un niño es abusado sexualmente en los Estados Unidos.
Asimismo, se suele pensar que los perpetradores son personas desconocidas que van por las calles en búsqueda de personas desprevenidas para convertirlas en sus víctimas, pero la realidad es que en la mayoría de los casos, los agresores son familiares o personas cercanas a la víctima.
Por esta razón, para generar conocimiento, el Movimiento #YoDigoNoMas comparte recursos y herramientas para la prevención del abuso sexual en su sitio web oficial y canales digitales. Conoce más del Movimiento.
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