
A veces es mejor ir con la corriente
El día de hoy estuve muy contenta porque después de 4 semanas iba a ver a mi hija, pero desafortunadamente una serie de eventos hicieron que el día trascurriera sin que esto pasara y yo no tuve más opción que aceptar no verla, es decir, seguir la corriente.
Resulta que mi ex esposo se tomó el día libre en el trabajo y llevó mi hija a hacer una serie que actividades que terminaron muy tarde, después de las 9 de la noche, así que cuando Natasha se vio en la necesidad de tomar la decisión de venir a mi casa o de irse a casa con su padre para descansar, se vio entre la espada y pared y se notaba que estaba sufriendo por esa situación.
En ese momento yo acepté que mis emociones se podían dejar temporalmente de lado y que lo mejor para ella y para nuestra relación era que descansara; mi meta en cuanto mi relación con mis hijos es tener una conexión profunda y eso no se logra por la obligación, así que yo la forzaba a que viniera a casa no iba a lograr nada positivo, así que le dije está bien, me siento triste porque no te voy a ver pero acepto que lo mejor para ti es quedarte donde tu papá y yo te busco mañana.
Es sobre esto que los quiero invitar a reflexionar, especialmente las personas que lidian con un divorcio o una separación que conlleva a que los hijos compartan el tiempo en 2 lugares diferentes y quizá tengan una vida un poco más complicada; recuerde que lo más importante es lo que necesitan nuestros hijos y la conexión que creamos con ellos, entonces pensemos en si ¿vamos contra la corriente para comprobar algo? ¿Qué ganamos cuando lo hacemos? A veces es mejor ir con la corriente, esa es la reflexión del día.